martes, 18 de septiembre de 2012


CAMINO HACIA CERRO LINDO 
  • Una intensa actividad de construcción viene realizándose en el distrito de Chavín, en el departamento de Ica. La compañía minera peruana, que en estos días cumple 58 años de fundación, pronto pondrá en marcha su mina Cerro Lindo. MINERIA visitó la zona y presenta algunos aspectos del proyecto.

    Toda la experiencia minera acumulada a lo largo de 58 años ha sido volcada por Compañía Minera Milpo en la construcción de su cuarta mina: Cerro Lindo, la misma que debe procesar su primera tonelada de mineral en junio próximo. Cual pequeña Torre de Babel, centenares de profesionales y técnicos, pertenecientes a decenas de compañías proveedoras de bienes y servicios indispensables para la construcción de la mina, han ingreso a la recta final para dar inicio a la producción.

    Ubicado en el distrito iqueño de Chavín, en la provincia de Chincha, en Cerro Lindo no solamente ha aplicado todas las normas ambientales y de responsabilidad social vigentes, sino que ha logrado un importante acercamiento con la Comunidad Campesina de la localidad. Quizás es lo más trascendental, pues se trata del distrito con menor Índice de Desarrollo Humano del departamento de Ica, según el informe para el año 2006 elaborado por el PNUD.

    Desde mucho antes del inicio de la construcción, Milpo inició una serie de talleres y audiencias públicas dirigidas a la población para explicar las características operativas y ambientales del proyecto, disipar sus dudas, así como recoger las expectativas generadas por la presencia de una nueva actividad en una zona deprimida económicamente. En efecto, la actividad productiva de Chavín se caracteriza por tener una agricultura de subsistencia y pastoreo estacional de ganado caprino. Para ahondar la complejidad del entorno, existe escaso recurso hídrico y el acceso por carretera era precario.
    Participación comunitaria


    Tras conocer el proyecto, la gente comenzó a mostrar interés en insertarse en los puestos de trabajo que se generarían. Claro, ellos nunca habían participado en construcciones de este tipo. Así que, previo acuerdo con las autoridades y elaboración de un padrón de personas interesadas en trabajar, hubo jornadas de capacitación y convenios con las empresas contratistas para que al menos 25% de su personal proceda de la zona.

    Desde enero del año 2006, mes en que se inició la construcción de Cerro Lindo, más de 700 comuneros han trabajado, muchos de manera rotativa y dependiendo del trabajo a ejecutar. Ellos ganaron, por ejemplo, una valiosa experiencia en el levantamiento de gaviones y defensa ribereña ante el río Topará o en las obras civiles para la nueva carretera y la zona industrial. Además, realizaron trabajos básicos en el tendido de líneas eléctricas y acondicionamiento de las labores mineras.

    Al inicio, muchos comuneros fueron tomados como ayudantes por las empresas contratistas, pero ahora han logrado conocimientos para desarrollar trabajos específicos. El control del funcionamiento de la planta de tratamiento de aguas servidas está a cargo de comuneros, así como de los dos grupos electrógenos instalados, teniendo el soporte de ingenieros de mantenimiento.

    De igual manera, algunos son ayudantes de topografía y están en capacidad de escalar a la siguiente posición. Otros comuneros están en adiestramiento para convertirse en futuros operadores mineros, quienes serán contratados por Milpo o empresas especializadas. En Chavín, un grupo de personas se ha organizado para dar el servicio lavado de ropa, aunque no se han constituido en una empresa formal todavía.
    Impulso al desarrollo


    Milpo viene coordinando esfuerzos con las autoridades locales y comunales para el financiamiento e impulso de actividades sostenibles que permitan la mejora de la calidad de vida, como afianzamiento hídrico, mejoramiento educativo, forestación, mejoramiento del ganado y de la producción de carnes y leche.

    Se ha contratado especialistas para afianzar el escaso recurso hídrico. Se ha aprobado la construcción de mini represas y el empleo de riego tecnificado, de manera que la poca agua pueda utilizarse óptimamente, pues se venía utilizando el riego por inundación y mediante canales susceptibles de pérdidas significativas. Sin embargo, en las zonas altas también se ha reparado canales para que llegue mayor agua al valle.

    Para definir el destino de los fondos del apoyo social, desde hace medio año se ha formado un comité ejecutivo con representantes de las zonas de influencia, incluyendo alcaldes, el presidente de la comunidad de Chavín, la Comisión de Regantes de Topará y personas notables.

    El comité funciona con asesores en diferentes ámbitos, según los proyectos a ejecutar. Se seleccionarán los proyectos de mejor impacto social y costos óptimos,  sujetos a supervisión y fiscalización. Durante el período de construcción de la mina se estima una inversión social de medio millón de dólares.
    Buscando agua


    Cerro Lindo es un yacimiento rico en zinc y las reservas identificadas hasta el momento permitirán una operación de 20 años. Sin embargo, ello es imposible si se considera la escasez de agua en la zona. La aridez plantea la necesidad de una solución diferente para obtener el agua que requiere el procesamiento del mineral. Así que los estudios del proyecto incluyeron la construcción de una planta de desalinización de agua de mar por su posición relativamente cercana a la más abundante fuente hídrica.

    En efecto, a diferencia de la mayoría de minas peruanas que se emplazan sobre los 3,500 msnm, la nueva mina de Milpo está a una altitud de 2,000 msnm y a 50 kilómetros del mar. La planta de desalinización se encuentra en la costa y sus dos pozos ubicados en la playa succionan el agua salada a 150 metros de profundidad. A pocos metros de allí, la planta recibe el agua y mediante una sucesión de filtros especiales limpia toda impureza. El resultado: agua industrial, lista para ser enviada a la mina a razón de 30 l/s.

    Una tubería de 12 pulgadas de diámetro, colocada a lo largo de 60 kilómetros, transportará el agua industrial hacia la planta, gracias a tres estaciones de bombeo en todo el trayecto. En Cerro Lindo, dos tanques de 3,800 m3 de capacidad cada uno, recibirán el líquido y lo distribuirán de acuerdo a los requerimientos de las áreas.

    El uso principal del agua estará dado en la planta concentradora. Todo el sistema está diseñado para la recirculación y no se emitirán efluentes al ambiente. Aún más, los relaves serán filtrados en una planta construida para ese fin, y el líquido obtenido retornará a la planta. Los relaves prácticamente secos serán depositados en una presa acondicionada para tal fin.

    Una parte del agua proveniente de la planta desalinizadora será tratada y convertida en agua para consumo humano, disponible para todos los servicios del personal. El sistema incluye una planta de tratamiento de aguas servidas, cuyo producto ingresará a la línea de sanitarios. Si hubiera excedente de agua domestica se utilizará para la creación y mantenimiento de áreas verdes, así como para minimizar el polvo en las vías de acceso.

    El compromiso de Milpo con la población es de «vertimiento cero» a la cuenca del río Topará. Así lo ha venido haciendo durante todo el proceso de construcción hasta el momento y representantes de la comunidad lo han comprobado. Todo parece indicar que las 400 personas que estarán a cargo de la operación continuarán con este compromiso con el medio ambiente y las poblaciones del entorno.

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