INFORME DEL ANÁLISIS DE LOS CONTRATOS DEL GAS DE CAMISEA:
Lecciones aprendidas sobre como negociar con nuestros Rescursos Naturales ( Lote 88 y Lote 56 )
Bajo el modelo de promoción de inversiones en hidrocarburos de la década de los noventa y un proceso de negociación y de modificaciones legales y contractuales, se ha fortalecido la posición dominante del Consorcio lideradopor Pluspetrol, con excesivos beneficios que hacen mucho más rentable la actividad y ponen en duda las ganancias para el país, la seguridad energética del Perú y la mejora de la calidad de vida de las comunidades nativas, las regiones y la sociedad en general.
Uno de los temas que han sido discutidos es que son las mismas empresas las que participan en los contratos de explotación y de exportación del Gas de Camisea, identificándose el peligro que se configure un «monopolio con el gas», lo cual genere una sobre ganancia a favor de la empresa y no al Estado. Ciertamente, no estamos ante la figura jurídica del «monopolio» pero sí sucede que las mismas empresas operan en el contrato del Lote 88, en el Lote 56, en el proyecto de exportación del gas como parte del accionariado de Perú LNG y en el transporte del gas a México (Repsol YPF1). En ese sentido, no se puede considerar al proyecto
de exportación como independiente de Camisea I (Lote 88) o Camisea II (Lote56), sino que tienen que apreciarse y analizarse de manera integral, así como analizarse las condiciones que rodearon las negociaciones de ambos contratos. Asimismo, se ha comenzado a investigar la participación de algunos personajes y funcionarios públicos en todo el proceso de negociación de los Lotes 88 y 56 yen la viabilidad del proyecto de exportación del gas. Uno de los puntos más controvertidos en el análisis del Contrato del Lote 88, ha sido la modificación del acápite 5.11 del citado contrato, posibilitando la exportación del gas del Lote 88, de un costo barato por la poca o nula inversión en exploración que ha realizado el Consorcio liderado por Pluspetrol. El cambio normativo y contractual de exportar sin respetar un horizonte permanente de 20 años de abastecimiento para el consumo interno, pone en inseguridad energética al país, más aún, sino se ha comprobado mayores reservas que las actuales. Este tema ha formado parte de las críticas del Colegio de Ingenieros del Perú CIP, el cual plantea la interrogante de lo que pasaría si nos quedamos sin reservas en
esos 20 años, obviamente habríamos perdido el gas barato para la demanda interna y el Perú debería asumir los costos que han sido trasladados como ganancias hacia las empresas. Causa extrañeza las contradicciones jurídicas en la metodología utilizadapara el cálculo de regalías en el Lote 88 y también en el 56; ya que, no se ha utilizado una de las contempladas en el Reglamento para la Aplicación de la Regalía y Distribución en los Contratos Petroleros (Decreto Supremo Nº 049-93-EM) ni las que se adicionan por medio del Decreto Supremo Nº 017-2003-EM. La metodología utilizada en estos contratos ha sido introducida por medio de un Decreto Supremo Nº 006-2006-EM. que no modifica dicho reglamento, sino que modifica el contrato en lo que a regalías respecta. Lo cual quiere decir que es una metodología dada en exclusiva para el Contrato de Licencia de Explotación en el Lote 88 y para Proyectos de Plantas de Gas Natural Licuefactado . Esta nueva metodología ha permitido que las empresas, en desmedro de los intereses del Estado peruano, reciban más de las ganancias debidas según la legislación de hidrocarburos al momento de aprobarse los contratos.
En consecuencia, es importante analizar el proceso de Camisea como una oportunidad para la independencia energética de un país como el Perú que está en un proceso de crecimiento económico, no obstante, se necesita asegurar dicho crecimiento a través de este recurso energético. Sin embargo, es realmente cuestionable si ello será viable por los cambios normativos y contractuales que el presente informe pretende aclarar para corregir las decisiones políticas en función a lograr una seguridad energética en los próximos años.
Actualmente, se produce una discusión con respecto a la política de hidrocarburos llevada a cabo por nuestro país, política que está ligada y comprometida a una ausente planificación y que se desenvuelve en el proceso del juego de intereses corporativos. A ello se suma la incapacidad estatal en la fiscalización de actividades de hidrocarburos, permitiendo que se produzcan impactos sociales y ambientales en poblaciones locales. Estos impactos no pueden justificarse mediante el discurso político de lograr el ansiado desarrollo como país, o asegurar el mayor «bienestar común» para todos los peruanos, considerando tan solo la obtención de regalías o beneficios económicos, sin tomar en cuenta que, no solo se producen impactos ambientales y sociales por estas operaciones, sino que muchos de los beneficios obtenidos no llegan a los más vulnerables.
Uno de los problemas más importantes que podemos apreciar en la política energética del país es la falta de previsión y planificación estatal con respecto alaprovechamiento sostenible y estratégico de nuestros recursos naturales. Aunado a los problemas de descoordinación sectorial, lentitud en los procesos de descentralización y ausencia de la participación ciudadana en el proceso de toma de decisiones, encontramos que el control jurídico del uso, conservación y beneficio de los recursos energéticos se traslada de la «nación», representado en el Estado Peruano, al mercado, al juego e interés corporativo. Las modificaciones legales y contractuales del Proyecto del Gas de Camisea son un ejemplo de este proceso.
El Proyecto del Gas de Camisea (Lotes 88 y 56) es sin duda un caso emblemático para la actividades de hidrocarburos en el Perú, no sólo porque nos permite apreciar de qué manera los cambios normativos y contractuales permiten avizorar los actuales intereses, los futuros conflictos y la constante y permanente inseguridad que puede vivir nuestro país, si no se asegura el cambio de nuestra matriz energética, del petróleo o diesel al gas natural. La promoción de la exportación de un gas de costo barato por no considerar los costos de la exploración de los ochenta y noventa en la negociación entre el Perú y los contratistas, y la falta de interés de cambiar la infraestructura energética del país para aprovechar rápida y eficientemente el gas de Camisea, han permitido que el discurso de la «monetización» o «capitalización» de nuestros recursos en el mercado internacional y la obtención de regalías por ella sea el principal argumento que justifique medidas y cambios legales que dejan a la postre vulnerable a nuestro país (reducción de la competitividad industrial y falta de acceso energético de la población) al concierto y vaivén de la crisis energética mundial.
La actual crisis energética que vive nuestro país no hace más que prever cambios legales y de prácticas estatales con respecto a la búsqueda de soluciones rápidas que nuevamente nos den la seguridad energética que tanto necesitamos.
Un ejemplo de ello es la lotización de la Amazonía, es decir, la abrupta promoción de inversiones en hidrocarburos y la superposición de lotes de hidrocarburos en diversos ámbitos de conservación (áreas protegidas, áreas de conservación regional, áreas de conservación municipal, privada y comunal), derecho de
terceros (concesiones mineras, forestales, de ecoturismo, etc.), tierras de comunidades nativas y campesinas, reservas territoriales para pueblos indígenas en aislamiento y en contacto inicial.
Asimismo, en un futuro cercano, la exploración y explotación de
hidrocarburos y otras actividades de extracción de recursos se realizará en áreas, hasta ahora, consideradas intangibles, como son los parques nacionales, santuarios históricos y santuarios nacionales. Lo cierto es que actualmente no podemos negar la necesidad de aprovechar nuestros recursos, sin embargo, esta
decisión debe pasar por procesos participativos y de planificación que permitan considerar y ponderar políticas que aseguren la biodiversidad de nuestro país, los derechos humanos de miles de peruanos y el beneficio que deban producir estas actividades a todos los peruanos.
Aunque el futuro se puede apreciar como poco prometedor, lo cierto es que debemos mantener la fe en la búsqueda de consensos y de procesos de diálogo que permitan la construcción de una política energética en nuestro país que permita lograr el «bien común», incluyendo las visiones de conservación de la biodiversidad y el derecho de los pueblos del Perú para la construcción de un futuro mucho más justo y digno.
Para mayor información les comparto el libro:
INFORME DEL ANÁLISIS DE LOS CONTRATOS DEL GAS DE CAMISEA: Lecciones aprendidas sobre como negociar con nuestros Rescursos Naturales ( Lote 88 y Lote 56 ), en forma digital, para que lo puedas leer por completo haz click en el siguiente linck:
http://www.dar.org.pe/hidrocarburos/analisis_contratos.pdf
Que la lectura de este informe te de una idea de cuanto urge para cada Peruano que ama a su país saber valorar sus recursos naturales y saber negociar para que el desarrrollo de nuestro país este por encima del interes y el beneficio que pueda traer y ofrecer cualquier transnacional.
Comparte esta información con tus contactos por correo eléctronico,a fin de que crees conciencia en defender nuestros recursos que deben ser primero para el desarrrollo de los Peruanos y si nos sobra para permitir el desarrollo de otros pueblos hermanos y no que suceda que sea para el desarrollo de otros pueblos con el retrazo de nuestro país y en beneficio económico de las transnacionales.
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